miércoles, 7 de septiembre de 2011

Giovanni Colasante es un italiano que este verano en su viaje de vacaciones por Suecia  tuvo la ocurrencia de corregir la conducta irascible de su hijo de doce años  con un par de cachetes, tortas  o similar. Nada de maltratos o fuertes bofetadas continuas  o habituales. El caso es que el suceso  fue presenciado por un ciudadano que lo denuncia ante la justicia  la cual lo condena a tres días de arresto . Hasta aquí los hechos.
         No creo que tortas , bofetadas o similar contribuyan mucho  al desarrollo educativo o a los avances de la pedagogía. Que quede claro. Pero ello no quitará para que pueda hacer unas reflexiones al respecto.
          Cualquiera que viva el mundo educativo  conoce las teorías de Rich  Harris la cual opina  que la conducta de los adolescentes  está fuertemente motivada por los genes (herencia)  y por el grupo de iguales (amigos, pandilla) dejando los factores educativos externos  como en un segundo plano. ¡Cualquiera le lleva la contraria a esta autoridad en la materia ¡. Las teorías pedagógicas  son importantes pero, en ciertas ocasiones se deben tomar decisiones educativas  que, siendo incluso antipedagógicas  son imprescindibles para el correcto desarrollo de los educandos. Entre estas decisiones están, a mi juicio , las  que hay que tomar con un niño que se pone “burro” en medio de la calle o en cualquier sitio donde hay “público” ( ¡anda que no son listos!) y por la fuerza  frustrar  sus rabietas. Se trata de momentos desde luego desagradables tanto para unos como para otros, del hijo reducido por la fuerza  y del padre que ha tenido que recurrir a ella, pero ello está dentro de las normas del juego.  Cualquier sociedad,  democrática por supuesto,  si quiere ser justa  aplica la fuerza cuando se vulneran las leyes , una fuerza proporcionada  al hecho  vulnerado  y agotado antes otros recursos o medidas.
      No me imagino al tal Giovanni ni a cualquier otro padre soltándole al hijo en plena calle una conferencia  sobre el buen comportamiento  cuando se ha puesto  terco y  “la monta”, por lo que creo  que quizás una buena torta  a tiempo  está más  que justificada , pero en Suecia  país que hace mas de 35 años  que penalizó  estas prácticas  un italiano sureño está del todo descolocado. Por cierto , aquí en España  desde hace cuatro años  también  está penalizado con una ley  que sería  la “ envidia” sueca.  Es que aquí o no llegamos o nos pasamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario