Me entero por la prensa que hace unos días falleció Danielle Mitterrand en un hospital de París. Con ella desaparece una socialista viuda de uno de los jefes de estado con más leyenda de la Quinta República Francesa, François Mitterrand. No tengo una información precisa de su vida ni política ni social, pero sé que no fue una primera dama al uso. Era una militante socialista muy activa y creo que cuando llegó al Elíseo le hizo saber al servicio que lo suyo no era el protocolo, haciendo gala de esta advertencia durante todo el tiempo que permaneció su marido en la Presidencia, al mismo tiempo siguió ejerciendo sin renunciar nunca a su militancia de activista socialista chocando en más de una ocasión con las políticas para ella “alguna vez conservadoras” del Presidente. En el plano familiar ,que es el que me gustaría escribir ahora, quiero recordar que hace años , ya hace muchos años, leía una tarde en París el el “París Match “un reportaje que se le hacía y que me llamó la atención. Se mencionaba el acuerdo que tenía con su esposo -un mujeriego reconocido- por el que la matrimonio ejercía de pareja bien avenida en lo social , al mismo tiempo que cada cual (sobre todo él) eran libres de tener relaciones extramatrimoniales. Parece ser que nunca Danielle rompió el pacto ni por supuesto hizo mención a la relación que su marido tenía con Ane Pigeot amante oficial con la que llegó incluso a tener una hija :Mazarine. Recuerdo una frase de Danielle Mitterrand que me llamó poderosamente la atención y que en la España de hace casi treinta años chocaba b bastante., “ Cuando se está fundamentalmente unido el uno al otro y se desea profundamente permanecer juntos, vivir amores separados no resulta incompatible”. Eran los tiempos en los que leíamos las obras de Simon de Beauvoir y de Jean Paul Sartre con aquellos títulos como “Amor necesario” y “Amor contingente”.
Cuando en 1996 falleció François Mitterrand, Danielle se sintió unida en el dolor con Ane Pigeot la llamó y compartieron los funerales de Estado mientras que, a Nazarine le hizo un sitio entre sus dos hijos. Danielle Mitterrand no cabe duda era una gran mujer.